Al igual que muchos magnates de la tecnología de moda, Elon Musk quiere reemplazar los autobuses urbanos con pequeños vehículos que te eviten tener que compartir el espacio con extraños.
Con el desarrollo de la tecnología de conducción autónoma, probablemente cada vez tenga más sentido reducir el tamaño de los autobuses y transformar el rol de un operador de camión al de un gerente o administrador de flota… (esta tecnología) también permitirá llevar a las personas directo hasta su desino. (énfasis añadido)
Musk da por sentado que el transporte público es un problema ingenieril acerca del diseño de vehículos y su tecnología. En realidad, proveer un servicio de transporte público eficiente (en términos de costo-beneficio) y liberador en las ciudades, es más bien un problema geométrico. Este tipo de confusión suele ser bastante común en el gremio o círculos de tecnologías del transporte.
En las ciudades densamente pobladas, donde grandes vehículos (incluyendo autobuses urbanos) transportan un número significativo de pasajeros, cualquier tipo de solución donde “vehículos pequeños reemplazan a otros más grandes” siempre incrementará el total de vehículos en las calles. La medida que utilizamos para medir esto son los VMT o Millas conducidas por vehículo, por sus siglas en inglés.
Hoy en día, incrementar las VMT significa un aumento en las emisiones, así como el caos y desorden que ya se vive en las calles. Pero, supongamos que la tecnología resuelve estos problemas con el desarrollo de vehículos eléctricos y conducción autónoma. Al final de cuentas, esos son problemas de tecnología y los inventores podrían trabajar en ellos.
Aún así y a pesar de ello, siempre seguiremos teniendo el mismo problema del espacio. El aumento de VMT implica que la misma cantidad personas ahora están usando más espacio para poderse mover. Esto no necesariamente es problemático o grave en áreas de baja densidad o en zonas rurales donde hay mucho espacio por habitante. Sin embargo, en las ciudades, mismas que por definición son lugares densamente poblados, el problema central del transporte urbano es el uso eficiente del poco y escaso espacio disponible.
Cuando hablamos de espacio, hablamos sobre geometría, no de ingeniería y la tecnología nunca cambiará la geometría. Debes de resolver el problema espacialmente para realmente haberlo solucionado.
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La fantasía que reina en los argumentos de Elon es que siempre debemos de “llevar a los pasajeros hasta su destino”. Para ello, debemos eliminar la necesidad de hacer un transbordo en el viaje – de un tren a un camión, de un carro a un tren, de un autobús a una bicicleta – Y por supuesto, debemos de eliminar la necesidad de hacer recorridos a pie. Esto se traduciría en una visión en donde los autobuses se encogen y convierten en alguna especie de taxis, porqué un vehículo que va directamente de tu origen exacto a tu destino exacto en el momento exacto en que tú lo elijes, no será particularmente útil para muchas personas además de ti.
Entonces, digamos que un camión transporta 40 pasajeros en él ¿Se tendría que partir este en 20 vans de conducción autónoma con un promedio de 2 pasajeros cada una, multiplicando por 20 la cantidad de vehículos totales? No importa para nada que estos fueran eléctricos o de conducción autónoma ¿Dónde cabrían en una calle de nuestras ciudades? Y cuando ellos tomen todo el espacio de la calle ¿Cuánto de este realmente quedará para banquetas amplias, ciclovías, parques de bolsillo o cualquier otra cosa que no sea un mar de vehículos?
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Aun así, hay personas para las cuales la visión de Musk hace sentido, para las cuales un sistema de transporte público de alta afluencia de pasajeros no es una opción de ninguna manera. Hay dos grandes categorías de personas con estas características:
- Personas que viven en áreas periurbanas o de suburbios exteriores, así como zonas rurales, donde el espacio es abundante y la alta demanda en el transporte público no es existente.
- El 20% de los ciudadanos con mayor riqueza, mismos que se pueden permitir servicios relativamente caros que jamás podrían ser asequibles para toda la población de la ciudad.
Si por algún motivo perteneces a alguna de estas dos categorías, tu tarea más urgente es recordar que la mayoría de las personas no están en tu situación, no son como tú. En las ciudades es completamente imposible que todos vivan de la misma manera que a ti te gusta vivir. Como dijo Edward Glaser “Los gustos personales raramente son una base sólida para una política pública”
El problema, justo ahí, es la gran brecha y desconexión entre el marketing tecnológico y la verdadera solución de problemas urbanos.
El marketing tecnológico apela a los gustos personales de las élites. Funciona bajo el supuesto que lo que sea que se venda hoy a los ricos, se puede vender mañana a las masas. Pero algunas cosas dejan de funcionar bien cuando todos las compran. Por ejemplo, los automóviles en ciudades densamente pobladas. No son un gran problema cuando solo el 20% más rico los usa, pero su uso masivo es lo que realmente arruina las ciudades y la libertad de sus ciudadanos. Tan solo pregúntele al respecto a cualquiera que viva en una ciudad en crecimiento de un país en vías de desarrollo.
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Este es el verdadero daño que está haciendo toda esta habladuría de las élites sobre la eliminación de los autobuses: está introduciendo una confusión terrible en el debate sobre el desarrollo de nuestras ciudades
Las ciudades densamente pobladas que quieran vivir en la realidad del espacio y tiempo, y que no se quieran convertir en distopias solamente funcionales para los ricos, necesitan usar eficientemente sus espacios urbanos. Hay matemáticas simples y comprobadas sobre cómo hacerlo, y justo son las mismas matemáticas sobre como los sistemas de transporte público consiguen una alta afluencia de pasajeros.
Estas ciudades necesitan organizarse alrededor de corredores de transporte público de alta frecuencia. Donde el transporte público basado en la alta frecuencia de grandes-vehículos, ya sean trenes o autobuses, pueda prosperar. Permitiendo que las ciudades crezcan densamente sin el aumento de viajes vehiculares.
Algún día, estos corredores podrán llegar a ser de metro o BRT. Pero la única manera de crecer y consolidar suficientes corredores rápidamente a manera de otorgar cobertura a la mayor parte de la ciudad con servicios frecuentes, y que pueden ser exitosos en afluencia de pasajeros, es tomando las rutas de autobuses regulares con seriedad. Si no lo haces desde la planeación de usos de suelo, solo vas a terminar con una ciudad donde el buen transporte público fijo sea imposible y entonces no habrá alternativas cuando el crecimiento esté estrangulado por el tráfico.
Las ciudades inteligentes no son sólo las que persiguen las últimas modas en tecnología. Son realmente las que piensan cuidadosamente sobre el problema espacial y geométrico que implica una ciudad densamente poblada. Porque si no funciona geométricamente, no funciona.
Publicación original en inglés: 21 de julio de 2016
Traducción por Arnulfo Aldaco