Los Peligros de la Proyección del Elitismo

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La Proyección del Elitismo es la creencia entre las personas relativamente influyentes y privilegiadas de que lo que ellos encuentran conveniente o atractivo es bueno para la sociedad en general. Una vez que se aprenda a reconocer este error común, es fácil verlo por todos lados. Es probablemente la barrera más importante para la creación de ciudades prósperas, justas y liberadoras.

Esto no es un llamado para atacar a las élites. Tampoco es una declaración sobre la correcta distribución de riqueza y oportunidad o el derecho de una persona a influenciar el discurso público. La intención es señalar un error que las élites constantemente suelen cometer. Ese error es olvidar que las élites son siempre minoría y que, comúnmente, planear una ciudad o una red de transporte a partir de sus gustos y preferencias resulta en un proyecto que no es funcional para la mayoría. De hecho, ni siquiera a la élite minoritaria le gustará el resultado final.

Hace un tiempo, cuando estaba presentando una propuesta de transporte público ante la Junta de Directores de una agencia de transporte público de un suburbio californiano, uno de los miembros, que representaba a la ciudad más adinerada del área, se inclinó hacia adelante, aclaró su garganta y dijo:

Ahora bien, Señor Walker. Si adoptamos su plan, ¿eso hará que deje mi BMW en el garaje?

Por supuesto que la respuesta es no. Pero pensar que esa es una pregunta adecuada para evaluar un sistema de transporte público es un claro ejemplo de la proyección del elitismo. Como multimillonario, este señor pertenece a una pequeña minoría, por lo cual no tiene ningún sentido diseñar un sistema de transporte público basado en sus gustos personales. Transporte público exitoso debe ser masivo y no tiene sentido buscar la masificación a través de la atracción de usuarios como él. Quizá él se sentiría atraído a un servicio que lo dejara en la puerta de su casa, le ofreciera un masaje y una copa de vino, pero muchas personas preferirían un servicio más congruente dentro de un presupuesto limitado. Que las empresas con fines de lucro le den estos lujos al señor, y asegurémonos de que él pague por los efectos negativos.

A veces entendemos el argumento que una inversión que beneficie a las élites sirve también al bien común. Por ejemplo, mejorar la vida de los ejecutivos de negocios supuestamente atraerá inversiones a la comunidad. Un proyecto de transporte público especializado supuestamente atraerá la construcción de vivienda de lujo que a su vez incrementará la recaudación de impuestos, incluso si no pudieses vivir allá. En la medida en que algunos elementos de estos argumentos fueran ciertos, el término Proyección del Elitismo no sería el correcto. Sin embargo, la mayoría de las proyecciones elitistas no hacen tales argumentos. Es únicamente el hábito inconsciente de asumir que sus propios gustos son un buen reflejo de lo que todas las personas valoran.

Al retar la Proyección del Elitismo no estoy siendo razonable. Casi todas las personas se refieren a su propia experiencia al discutir políticas públicas. ¿A quién no le gusta que su experiencia personal sea tomada en cuenta? Pero en una sociedad donde las élites tienen un poder desproporcionado, la tarea súper-humana de resistir su proyección debe ser responsabilidad de ellos. Y yo al ser parte de estas élites – no soy millonario, pero ciertamente tengo educación y privilegios – es mi tarea también. Como con cualquier intento de hacernos menos egoístas, es una tarea agotadora y que nunca lograremos hacerla completamente bien. Por lo tanto, la crítica a la Proyección del Elitismo no puede únicamente expresarse por ira. También tiene que ser un proceso empático e indulgente.

De cualquier forma, la Proyección del Elitismo es quizá la primera barrera para lograr ciudades eficientes, justas y liberadoras. La ciudad tiene una característica especial: Funciona para cualquiera solo si funciona para casi todos. Lo mismo puede argumentarse de la sociedad en general, pero sólo en las ciudades esta característica es tan obvia que es inevitable.

El tráfico, para usar el ejemplo más obvio, es el resultado de las elecciones de todos en respuesta a la situación de todos. Hasta las élites están estancadas en el tráfico. Hasta el día de hoy, no se ha encontrado una solución para liberar a las élites del tráfico y no es porque no se haya intentado. La única solución para el tráfico es solucionándolo para todos y para hacerlo, es necesario observarlo desde la perspectiva de todos, no sólo desde la de los más afortunados.

El existente menosprecio al servicio de autobús en las ciudades de Estados Unidos es un problema fundamental de Proyección del Elitismo. Los autobuses grandes en una ruta fija son la única forma en la que el transporte público puede expandirse rápidamente usando con extrema eficiencia el espacio urbano limitado de una ciudad. Pero muchas élites creen que los autobuses y el servicio que proveen no importan ya que personalmente no es útil para ellos.

Durante mis 25 años de carrera he presenciado a líderes urbanos privilegiados – la mayoría con buenas intenciones – buscar exhaustivamente la solución para el transporte público que les permita ignorar los autobuses.  Se podrían señalar algunas como los tranvías estadounidenses atascados en el tráfico, “herramientas de reurbanización,” que a veces no tenían un valor perceptible en la movilidad. Hay barquitos adorables con mercados pequeños y trenes aeroportuarios demasiado especializados.

Hoy en día, ese mismo error alimenta la ambigua promesa de la disrupción tecnológica en el transporte público, especialmente la noción matemáticamente absurda de que en zonas urbanas y densas el transporte público llegará hasta tu puerta al llamarlo. (Expertos serios han abandonado esta idea, pero sigue siendo parte de la discusión, minando el apoyo al transporte público que en realidad funciona.)

Ninguna de estas ideas tienen sentido geométrico y por lo tanto no funcionarán para liberar a todos en una ciudad densa. Sin embargo, son ideas atractivas para las élites, atraen la atención del público en general y por lo mismo ayudan a aplazar la inversión tan necesaria en transporte público que millones de personas encontrarían útil y liberador. Este descuido causa deterioro en el transporte público, generando resultados que justifican aún más su descuido y detrimento.

De nuevo, no podemos retar la Proyección del Elitismo hasta que la perdonemos en nosotros mismos. Casi todas las personas que leerán este artículo forman parte de alguna élite. Pero mientras más poder se ostente, más urgente e importante es esta tarea. Debemos preguntarnos: “¿Esta idea funcionaría para mí si estuviera en una situación típica de un ciudadano promedio en vez de la situación afortunada en la que me encuentro?” Si la respuesta es no, tampoco funcionará para la ciudad, lo que significa que al final tampoco funcionará para ti.

 

5 Responses to Los Peligros de la Proyección del Elitismo

  1. Pablo Gayosso August 29, 2017 at 12:47 pm #

    Idea revolucionaria, solución de problemas, sin embargo el problema principal es el poder político direccionado al fraude y robo desmedido de diversos sectores involucrados y por ende en cascada.

    Un gran porcentaje estamos convencidos de la necesidad y la solución a este tipo de problemas.

    Sea cual fuera lo positivo, a los sectores encargados de este tipo de problemas y su solución al parecer no les interesa el bien común, que creo es el principal obstáculo.

    Y estoy totalmente de acuerdo y si dejaría mi auto para utilizar el transporte público siempre y cuando existan las garantías que a todos los grupos nos interesa un transporte limpio, seguro, eficaz y bien planeado que llene mis perspectivas y la de los demás.

  2. Spanish translator September 20, 2017 at 1:33 am #

    No podemos retar la Proyección del Elitismo hasta que hagamos un examen de conciencia personal

  3. surveillancekart December 9, 2017 at 4:20 am #

    No necesariamente quiero decir que le preguntamos a las personas qué quieren y se lo damos. Mucha gente quiere cosas que no escalan si todos las usan, como los automóviles en las ciudades. Pero debemos analizar un resultado que sea liberador para todos, no solo para las élites.

  4. yoash February 12, 2018 at 11:04 pm #

    i am totally agree with the author .

  5. Naina Bose February 28, 2018 at 3:14 am #

    I totally agree of course when I’d leave my car to use public transport so long as there are warranties that most classes are interested in a clear, safe, efficient and well-proposed transport which satisfies my perspectives